El 3 de octubre de 1990 se concretó la reunificación física, política y económica de Alemania, dividida hasta entonces en el este y el oeste a consecuencia de la derrota nazi en la Segunda Guerra Mundial, y del Muro de Berlín, construido en 1961.
"La reunificación tuvo una cuestión bastante imprevista como todo lo que pasó por entonces. Cuando cae el Muro de Berlín, en noviembre de 1989, se pensaba que la reunificación se iba a dar en un plazo no menor de cinco años", dijo a Sputnik el doctor en relaciones internacionales argentino Alberto Hutschenreuter.
"Pero menos de un año después Alemania se reunificó, lo que implicó un impacto inesperado", consideró el experto.
Tras este rápido proceso "físico" se abrieron diferentes etapas de una asimilación que "hasta hoy no tiene los resultados esperados", dado que si bien en los aspectos económicos, tecnológicos y digitales se puede considerar igualitario en su desarrollo, "en lo emocional incluso 30 años después se observan diferencias", apuntó.
Luces y sombras
De acuerdo con Hutschenreuter "no se ha podido lograr uniformidad en relación con las dos Alemanias y permanecen las diferencias" entre los habitantes de una y otra parte, aunque como país haya conseguido convertirse "en el acto principal de la Unión Europea".
"La unificación se puede decir que fue un éxito. Es uno de los países con tasas más bajas de desempleo incluso con la pandemia", al tiempo que se consolidó no solo como potencia institucional sino como el actor que tracciona a Europa. "Quedan cuestiones de carácter básicamente económico emocional de la reunificación", sostuvo.
Una serie de investigaciones publicadas con motivo del 30 aniversario aportan datos actuales. Mientras que el PBI por habitante en el este se ha cuadriplicado desde 1990, el salario medio del este sigue siendo sólo 88,8% del correspondiente a un alemán occidental.
Otro dato: en la conformación de los gobiernos desde 1990 a la fecha hay una subrepresentación política del este.
"A mediados de este año, de aproximadamente 13 ministros solamente uno provenía del este alemán", comparó Hutschenreuter.
Nostalgia a la alemana
El experto remarcó que "la unificación se da bajo los términos socioeconómicos políticos de la Alemania occidental, permaneciendo dentro de la OTAN y sin efectivos soviéticos en Alemania del este".
"La rémora de la unificación se encuentra en las diferencias que aún existen entre la parte occidental y la que pertenece a las repúblicas del este. Allí domina esta situación con el término ostalgie", apuntó en relación con el acrónimo de las palabras Ost y Nostalgie, que alude a la nostalgia de la vida en tiempos de la antigua RDA.
"La nostalgia está relacionada con que había cierta seguridad económica, empleo asegurado, seguridad pública. No quiere decir que estuvieran bien, pero ellos sentían que estaban cómodos porque era la Alemania en la que crecieron", explicó el doctor en Relaciones Internacionales.
Por el contrario, con la reunificación "tuvieron que cambiar trabajos, ser reasignados" y como consecuencia perdieron nivel de ingreso, entre otras cosas.
Alemania y su contexto
En los 30 años desde la reunificación, las relaciones internacionales y las alianzas que forjaron el orden global vigente están en discusión por varias razones. Entre ellas, el ascenso de potencias emergentes como Rusia, China, Irán y Turquía, en paralelo a indicios varios de ruptura entre EEUU y Europa.
"EEUU tiene la idea de ser el principal productor de petróleo y gas con las nuevas formas de extracción, quiere desenganchar a Europa y particularmente Alemania de Rusia y ser el que le proporcione energía", explicó.
El doctor en Relaciones Internacionales aclaró que esto implicaría cambios económicos y de infraestructura que Europa no parece dispuesta a realizar. De hacerlo, entre otras cosas, "seguiría siendo el vasallo estratégico de EEUU y esto en un mundo como el que viene no va a poder ser. Europa tiene que pensar geopolíticamente en sí misma", afirmó.