Después de la dimisión del primer ministro designado del Líbano, Mustafa Adib, durante el fin de semana, el presidente francés, Emmauel Macron, acusó a los líderes políticos del Líbano de "traición colectiva" y de haber "elegido favorecer sus intereses individuales y partidistas en detrimento del país", según recogió este 29 de septiembre la radio pública israelí.
El 27 de septiembre Macron criticó a Hizbulá y a toda la clase política libanesa y advirtió de una posible guerra civil si no logran dejar de lado los intereses personales y políticos para ocuparse de desbloquear la ayuda internacional y salvar al país de la quiebra económica.
El presidente francés exigió a Hizbulá que aclarase si son un partido democrático, una milicia antiisraelí o una herramienta de Irán, y el medio de comunicación Al Manar, de Hizbulá, respondió en un editorial el 28 de septiembre que la organización "es y seguirá siendo un ejército que se enfrenta a Israel y que seguirá apoyando a Siria y a sus gentes contra los extremistas".
La comunidad internacional ha dicho en repetidas ocasiones que el Líbano no recibirá ayuda antes de que se lleven a cabo las reformas necesarias para acabar con la corrupción y la mala gestión por parte de la clase gobernante que ha llevado al país casi a la bancarrota.
La crisis política y económica del Líbano empeoró con la explosión de cientos de toneladas de nitrato de amonio en el puerto de Beirut a principios de agosto, que mató a casi 200 personas e hirió a cientos, causando también la pérdida de miles de millones de dólares.