"Nos estamos preparando para una larga guerra. ¿Por qué? Porque el actor clave no es Azerbaiyán, sino Turquía, que persigue sus intereses geopolíticos. La duración de la guerra dependerá de muchos factores, en particular, del desarrollo de las operaciones de combate y de la reacción de la comunidad internacional", afirmó.
Además reveló que ya hay decenas de muertos de ambas partes.
"Los abatidos se cuentan por decenas, por la parte azerbaiyana las pérdidas son más numerosas. Fueron derribados más de 20 drones, se destruyeron decenas de unidades de material bélico, murieron centenares de militares. Por nuestra parte también hay decenas de abatidos", informó.
Las hostilidades se desataron el 27 de septiembre con el uso de artillería, aviación y sistemas de misiles a lo largo de la línea de contacto que separa a las fuerzas armenias y azerbaiyanas en Nagorno Karabaj.
Ambos bandos se acusan de haber iniciado esta espiral bélica sin precedentes desde abril de 2016.
Las autoridades de Armenia y de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj declararon el mismo día la movilización general y la ley marcial en la totalidad de sus territorios.
Varios Estados, incluidos Rusia y Francia, instaron a las partes en conflicto a obrar con mesura.
El conflicto de Nagorno Karabaj estalló en 1988, cuando este territorio de población mayoritariamente armenia decidió separarse de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
Bakú perdió el control de Karabaj y siete distritos adyacentes tras la escalada de las hostilidades entre 1992 y 1994.
El grupo incluye además a Alemania, Bielorrusia, Finlandia, Italia, Suecia y Turquía, así como Armenia y Azerbaiyán, y la troika de la OSCE, los países que representan la presidencia de turno, la anterior y la siguiente.
Azerbaiyán insiste en recuperar su integridad territorial, mientras que Armenia defiende los intereses de la autoproclamada República de Nagorno Karabaj, que no es parte de las negociaciones.