"Rusia y China intentan más que nadie influir en los órganos de autogobierno del país (…) No existe para ellos límite alguno y se valen de todo lo que pueda servir de un instrumento eficaz de influencia", dijo Koudelka en una reunión dedicada a la protección de los institutos políticos checos de la influencia extranjera.
Rusia ha rechazado reiteradamente las acusaciones de intentos de influir en los procesos democráticos en distintos países, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, las calificó de "absolutamente infundadas".
En el caso de China, el jefe de contraespionaje checo afirmó que ese país recluta a especialistas que le interesan invitándolos a participar en distintos entrenamientos y conferencias en su territorio.
Koudelka habló, en particular, del peligro que supuestamente representa la participación de China en los proyectos de telecomunicación en Chequia.
"Eso les permite obtener información sobre cada uno de nosotros, sobre nuestros problemas, intereses y familias", comentó el jefe del BIS.
Las relaciones ruso-checas se deterioraron después de que en abril pasado las autoridades de la capital checa retiraron el monumento al mariscal soviético Iván Kónev, que liberó Praga de los nazis en mayo de 1945.
Según se informó, el monumento sería trasladado a un museo.
El Ministerio de Exteriores ruso calificó esas acciones de "cínicas e indignantes" mientras la Fiscalía General rusa abrió un expediente por "profanación de los símbolos de la gloria militar de Rusia cometida públicamente".