Las playas de Omoa, un atractivo destino turístico del litoral norte de Honduras, sufren desde el pasado fin de semana grandes oleadas de desechos plásticos, textiles y de diversa índole, arrastrados por el río Motagua desde territorio guatemalteco.
¡Que tristeza!
— Judith Bellinotv11🇭🇳 (@jbellinotv11) September 19, 2020
Inundadas de basura amanecieron este sábado las playas del municipio de Omoa del departamento de Cortés. pic.twitter.com/s6CZ84988W
Esta catástrofe ambiental ha sido el tiro de gracia para la economía de una región que soñaba con atraer turistas, pero que solo recibe grandes volúmenes de basura guatemalteca, a todas luces por la ruptura de una barda de contención en la desembocadura del Motagua.
"Estamos indignados y rebelados porque no es posible tolerar la contaminación", explotó el alcalde de Omoa, Ricardo Alvarado, ante un problema que le cuesta a las arcas comunales una media de 370 dólares diarios, solo en labores de limpieza.
Ante este escenario, el gobierno municipal de Omoa barajó la posibilidad de acudir a una corte internacional para ser indemnizado por Guatemala, según declaraciones de Alvarado reproducidas por el diario Prensa Libre.
Una enorme cantidad de basura proveniente del río Motagua, amaneció este sábado en las playas de Omoa, Cortés. El peor virus de esté mundo somos nosotros. pic.twitter.com/E1u7PGdeFZ
— Thorhn (@thorhn2) September 19, 2020
El edil agregó que, amén de la suciedad en la superficie, buena parte de los residuos caen en el lecho marino y existe el riesgo real de que la contaminación llegue a las vecinas playas de Tela y Puerto Cortés, para agravar el desastre medioambiental.
Colegiando soluciones
Alvarado integró una comisión de funcionarios hondureños que se reunió el pasado 22 de septiembre con el ministro guatemalteco de Ambiente, Mario Rojas, para colegiar una solución al problema e impedir males mayores.
Así amaneció Omoa Cortés hoy. pic.twitter.com/Iv1huWTePf
— Selvin Pineda.14. (@SelvinPineda18) September 19, 2020
De entrada, Rojas dijo que Guatemala reparará la biobarda industrial que debería contener la basura arrastrada por el Motagua, pero que no puede frenar el caudal provocado por los aguaceros del actual "invierno", como llaman en Centroamérica a la época de lluvias.
Si bien los empleados públicos de Omoa se esfuerzan por recolectar de inmediato las olas de basura, lo más complicado es recoger la infinidad de objetos que pasan debajo de la barda y recalan en una zona eminentemente turística.
Del otro extremo, el municipio guatemalteco de Quetzalito carece del personal, los recursos y el apoyo gubernamental para atenuar los niveles de contaminación del Motagua, o atajar las toneladas de basura que cubren el cauce como una nata difícil de degradar.
El pacto de Quetzalito
Al final, los Gobierno de Honduras y Guatemala acordaron una ruta de trabajo para frenar el flujo de basura hacia las costas de Omoa, en una reunión celebrada en la mencionada localidad de Quetzalito, departamento de Izabal.
En dicho encuentro, encabezado por Rojas y su homólogo hondureño, Elvis Rodas, la parte afectada aceptó no acudir a instancias internacionales para demandar a Guatemala, pero reclamó acciones inmediatas y efectivas.
El proyecto será presentado al Banco Centroamericano de Desarrollo Económico para conseguir el financiamiento de las obras complementarias, en tanto varias organizaciones anunciaron su apoyo a la realización de estudios de impacto ambiental.
Por lo pronto, efectivos de la Fuerza Naval de Honduras destinados en la Base Naval de Puerto Cortés se sumaron a las labores de limpieza en la bahía de Omoa, con la meta de sanear al menos 12 kilómetros de playa en las comunidades aledañas al río Motagua.
Los coordinadores del proyecto quieren ir más allá del problema actual y atacar los males de fondo, para lo cual proponen crear conciencia en las comunidades sobre los peligros de los botaderos a cielo abierto, y así evitar un indeseado aluvión de basura cada "invierno".