El Supremo definió a las actividades de policías y militares como "no controladas". Consideró que "representan un riesgo, una amenaza seria y actual para quien pretenda salir a movilizarse para expresar pacíficamente sus opiniones. Su actuar, lejos de ser aislado, es constante y refleja una permanente agresión".
El pronunciamiento llegó 10 meses después del homicidio de Cruz, pero en momentos en que las fuerzas de seguridad se encuentran nuevamente en el ojo de la tormenta por la represión desatada entre el 9 y 11 de septiembre con un saldo de al menos 13 muertos.
Fue reducido y dos uniformados le aplicaron al menos cinco descargas eléctricas antes de golpearlo con brutalidad frente a otros siete funcionarios. La filmación ciudadana de ese ataque encendió la indignación y desató una serie de movilizaciones.
Este martes 22 se difundieron nuevos videos que muestran a Ordóñez agonizando en un Centro de Atención Inmediata (CAI) del barrio Villa Luz. Se lo ve tirado en el piso de la estación policial, sin camisa, con la cara ensangrentada y esposado, intentando mantenerse erguido pero sin lograrlo mientras emite quejidos de dolor.
A su lado, uno de los agentes del CAI lo observa con pasividad mientras Ordóñez se retuerce a sus pies hasta que deja de moverse.
Desde adentro
"Tenemos una posición bien paradójica y difícil, y por eso de mucha responsabilidad", dijo a Sputnik la representante a la Cámara por Bogotá Juanita Goebertus, del partido Alianza Verde.
Cuando ocurrió la protesta por el asesinato de Ordóñez, una de las primeras polémicas que se desató fue sobre quién había ordenado disparar a los uniformados, teniendo en cuenta que en el caso colombiano la Policía local depende de quien esté al frente de la Alcaldía.
López aclaró que no había dado ninguna orden. "Lo que ocurrió fue un rompimiento y estamos en el proceso de reconstruir esa relación partiendo del reconocimiento de errores gravísimos que se cometieron", apuntó Goebertus.
Sin embargo, aclaró que "el grueso de la Policía está lleno de hombres y mujeres valientes que cumplen el deber y salen a proteger a la ciudadanía para lograr corregir una deficiencia".
La negación como estrategia
El asesinato de Ordóñez "es un caso realmente de los más trágicos de violencia policial en Colombia y en Bogotá (...) fue asesinado por dos miembros de la Policía, y además hubo al menos otros siete integrantes que estaban al momento del homicidio y no hicieron nada al respecto", consideró la representante.
La representante sostuvo que el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, tendría que renunciar. "No dio muestra de ningún tipo de liderazgo ni de reconocimiento; incluso el director encargado de la Policía es el único que ha reconocido lo que pasó, porque para el ministro es como si nada hubiera pasado", señaló.
"No habíamos tenido, incluso en los peores momentos de la guerra, una situación como la que vivimos en Bogotá ese 9 de septiembre. El Gobierno sigue sin reconocer la gravedad de lo que sucedió", apuntó la entrevistada.
Siempre hacia delante
"Vamos a superar esto también", expresó la política en alusión a la trágica historia del país marcada a fuego y sangre desde hace décadas.
Para la dirigente de Alianza Verde, es necesario "insistir en las debilidades que ha tenido este Gobierno para tener una política seria de seguridad ciudadana en liderar desde adentro la transformación al sector Defensa".
"Estamos en mora como país de hacer para ayudar al proceso de reconstrucción de esa confianza de la ciudadanía en la Policía", agregó.