Los inversores de petróleo temen que el comienzo de una segunda ola de coronavirus pueda ejercer presión sobre toda la economía mundial, incluyendo la demanda de crudo.
Muchos países están registrando un aumento de tasas de infección y están reforzando las medidas de cuarentena. Además, las noticias sobre la reanudación de la producción en Libia están ejerciendo una presión adicional sobre los precios del petróleo.