Los militares rusos entregaron cereales, conservas, té y azúcar, así como las tradicionales tortillas de harina. Las mujeres fueron las primeras en ser invitadas a recibir la ayuda.
"Tengo seis hijos y cada noche pienso qué les daré de comer al día siguiente, y no es que estemos pasando hambre, pero hay muchos problemas con el abastecimiento", relató a periodistas una habitante local, Amne Al Lousman.
Aparte de la escasez de productos, otro gran problema es la restauración de las escuelas. La ayuda humanitaria rusa también incluye mochilas escolares para los niños de familias necesitadas.
"Hemos entregado unas cien mochilas a los niños necesitados, cuyas familias no tienen recursos para comprarlas", comentó un portavoz del Centro ruso para la Reconciliación, Alexéi Kultin.
Destacó que semejantes actos se llevarán a cabo también en otras localidades de Siria.