El amplio cierre refleja las precauciones tomadas para recibir a la tormenta, que el Centro Nacional de Huracanes ha dicho más temprano que puede traer "extrema amenaza para la vida" e inundaciones históricas.
Desde el 14 de septiembre, el 21% de la producción de petróleo de Estados Unidos en el Golfo de México ha sido desactivada, junto con el 25% de la producción de gas, según datos del Buró de Seguridad y Aplicación Medioambiental del Departamento del Interior.
El lunes 14, la agencia describió a Sally como un "peligroso huracán" que registrará vientos cercanos a los 150 kilómetros por hora, con ráfagas más fuertes que podrían superar a lo esperado en el momento de tocar tierra, más tarde el martes.
La tormenta llega menos de tres semanas después del huracán Laura, uno de los más fuertes huracanes registrados en Estados Unidos en más de un siglo, que tocó tierra el 27 de agosto cerca de Cameron, Luisiana (sureste), como una tormenta de categoría 4.
Laura, que mató al menos a 25 personas y dañó incontables propiedades, también golpeó de cerca a una refinería de Luisiana que procesaba 769.000 barriles por día de petróleo crudo.