Los líderes de países del EuroMed 7 (Chipre, España, Francia, Grecia, Italia, Malta y Portugal) en la cumbre celebrada el 10 de septiembre en Aiacciu, en la isla francesa de Córcega, expresaron su pleno apoyo y solidaridad con Chipre y Grecia, así como propusieron ampliar las sanciones contra Turquía ante las tensiones en el Mediterráneo.
"Las declaraciones sobre el Mediterráneo Oriental y la cuestión de Chipre contenidas en la declaración conjunta posterior a la cumbre, son unilaterales, alejadas de la realidad y carecen de base jurídica", dijo Aksoy.
En este contexto, Ankara insta a los estados signatarios de la declaración a renunciar a las "posiciones unilaterales" que violan el derecho internacional y de la UE, indicó.
Según el portavoz, Grecia puede reducir las tensiones en la región, en particular, alejando sus buques de guerra del barco turco de investigación Oruc Reis, así como retirando las armas de las islas orientales del mar Egeo y poniendo fin a la "creciente presión sobre la minoría turca en Tracia Occidental".
Además, los grecochipriotas "deben cooperar con el copropietario de la isla de la [autoproclamada] República Turca del Norte de Chipre, distribuir los ingresos de la explotación de los recursos de hidrocarburos y no utilizar la UE en sus estrechos intereses", concluyó.
Las relaciones turco-griegas se agravaron después de que Turquía anunciara, el 7 de agosto, sus planes de reanudar las actividades exploratorias y de extracción de hidrocarburos en el Mediterráneo oriental, en respuesta a la firma de un acuerdo de delimitación de fronteras marítimas entre Grecia y Egipto, que Ankara calificó de ilícito y no válido.
A principios de agosto, Ankara informó que su buque Oruc Reis comenzaba las exploraciones sísmicas en el este del Mediterráneo, un área que Grecia considera su zona económica exclusiva. El país heleno puso a sus Fuerzas Armadas en alerta máximа.