El primer tipo de aplicaciones peligrosas en que debemos detenernos son las que activan la linterna del móvil, apunta Antón Blagoveschenski en su artículo para el medio RG.RU Digital. Para funcionar adecuadamente requieren acceso a las llamadas, a los mensajes de texto, a la lista de contactos y a otras fuentes de información que registran.
Los datos del usuario acaban en las listas de spam de diferentes empresas y, en los peores casos, podemos acabar suscritos a servicios de pago sin saberlo o el teléfono llega a hacer llamadas a números de pago. Por suerte, Android tiene su propia linterna, así que no hay por qué arriesgar.
No es necesario ser víctima de un hacker ni de funciones sospechosas para que el teléfono sufra una importante avería, y es que las aplicaciones aceleradoras pueden resultar totalmente inútiles. Supuestamente optimizan el espacio de la memoria operativa, dejando fuera de esta todo lo que encuentran.
Una vez más, es más fácil recurrir a lo que Android ofrece para gestionar la memoria operativa del dispositivo, y si una app ocupa demasiado espacio en la memoria RAM y entorpece el rendimiento del mismo, siempre se puede sustituir por otra.
Para acabar, cuidado con las aplicaciones de programas de fidelización. Estas son una buena forma de ahorrarse algo de dinero en restaurantes de comida rápida y en otros servicios, pero a cambio de eso, estas se quedan con nuestros datos personales. Quizá no merezca la pena venderse por unos nuggets gratis cada cierto tiempo.