Las tierras alrededor de la ciudad de Tula fueron incorporadas al Gran Ducado de Moscú —la base del futuro Estado ruso—. Entre los siglos XVI y XVII las tierras de la actual región de Tula estuvieron dentro de las fronteras del Gran Ducado de Moscú y
eran constantemente saqueadas por los tártaros de Crimea desde el sur.
Para proteger al Estado de estas agresiones, Moscú creó en dicha zona
la Gran Línea de Abatís: una franja defensiva cuyos restos se pueden encontrar hasta hoy.
El desarrollo industrial de
la ciudad de Tula y de las tierras cercanas arrancó en el siglo XVII. En su segunda mitad, se fundó una fábrica de hierro en Tula que marcó un hito en el desarrollo de la industria metalúrgica de la región. En 1712 el emperador Pedro el Grande ordenó la creación de
la Fábrica Estatal de Armas en Tula, que durante siglos ha producido armamento de la mayor calidad para el Ejército ruso.