Al igual que lo había hecho el 24 de febrero en la primera audiencia, Julian Assange rechazó este lunes 7 su extradición a EEUU. En ese país enfrenta 18 cargos de espionaje y conspiración por la publicación de documentos oficiales sobre las guerras en Afganistán e Irak como así también cables diplomáticos y correos electrónicos.
Desde ese año el periodista australiano se encontraba en la Embajada de Ecuador en Londres, beneficio que había sido otorgado bajo la administración del presidente Rafael Correa.
El 11 de abril de 2019 el Gobierno de Lenín Moreno le retiró el asilo y habilitó su detención, dando inicio a una nueva polémica por la forma en que se concretó el arresto.
"Dentro de la restauración conservadora, Lenín Moreno es la lacra de América. Lo conocí siendo embajadora en Londres: él era vicepresidente de Correa, era un hombre gris. No lo vi brillante pero no creí que fuera a ser un déspota", afirmó Castro, embajadora de su país entre 2012 y 2015 en Reino Unido.
"Él vendió a Assange a los EEUU a cambio de créditos del FMI y de que no hubiera prensa sobre algunos delitos económicos vinculados con su familia", aseguró.
La verdad secuestrada
"Hay un antes y un después de Julian Assange en materia de información pública, del derecho a la información y a la verdad. Es un momento sórdido para América Latina", dijo Castro sobre el rol protagónico que tuvo la región en darle asilo, dado que si bien fue Ecuador, casi todos los países apoyaron la medida.
"A través de Julian, lo que se quiere hacer es un ejemplo para el mundo de que no se puede hablar en contra de EEUU", apuntó la diplomática, al recordar las revelaciones que motivaron ser declarado enemigo de la principal potencia.
Castro mencionó "particularmente ese famoso video, que se llama 'daño colateral', que se encuentra en todas las redes, que muestra a soldados norteamericanos en Irak asesinando civiles desde un helicóptero casi como un juego: dicen nice (bonito, en español), se ríen. Matan civiles, entre ellos dos periodistas de la agencia Reuters. A partir de allí comenzó una persecución sin tregua", agregó.
"Es una de las injusticias más grandes que he visto en mi vida", lamentó Castro.
Fake news, ayer y siempre
"Siempre mintieron pero ahora la mentira tiene una funcionalidad especial, está llamada a derrocar gobiernos", indicó la entrevistada en referencia al poder de los medios de comunicación en el manejo de la información.
La diplomática sostuvo que se trata de "una guerra que la hacen selectivamente a gobiernos progresistas y populares, con amplia distribución de renta y que apuestan a la unidad de América Latina".
"La derecha planifica estratégicamente estos golpes. Creo que en el progresismo y la izquierda tenemos que no conformarnos con consensos blandos o tibios sino pensar cómo hacemos para fortalecer nuestra democracias", añadió.
Por el contrario, Castro destacó que entre "los cientos de miles de cables revelados por WikiLeaks nunca hubo uno que fuera falso, mentiroso o tergiversado. Ese récord no lo tiene ningún medio del mundo, lo tiene WikiLeaks".
La diplomática enfatizó que Assange "no solo demostró crímenes de guerra de EEUU, nos mostró a todos cómo funciona el mundo, democratizó la verdad (...). Los secretos que pertenecían al complejo industrial militar nos los hizo conocer a todos".
