"El Gobierno pospuso el pago de los impuestos y de las cotizaciones sociales, se aplazó el pago del arrendamiento y la devolución de los créditos (...) Se otorgaron líneas crediticias con tasas subvencionadas a la pequeña y mediana empresa y a las compañías cruciales", dijo el jefe del Ejecutivo en un foro financiero que se celebró en Moscú.
Mishustin remarcó que pese a los pronósticos desfavorables, la caída de la economía rusa no fue tan pronunciada como la de otros países.
La recuperación, puntualizó, avanza incluso con mayor dinamismo.
Según el primer ministro, la demanda, el comercio minorista y la producción industrial se recuperan por tercer mes consecutivo tras el retroceso significativo de abril.
"La caída fue provocada por un doble impacto. Tanto por la oferta, debido a las limitaciones y la interrupción de la cadena de producción, como por la demanda, que se vio disminuida por la necesidad de guardar el distanciamiento social, la reducción de los ingresos de los trabajadores y la disminución de la confianza del consumidor", explicó.
El Ministerio de Desarrollo Económico del país tiene previsto presentar esta semana su previsión renovada de la economía para este año y el próximo trienio.
El titular de esa cartera, Maxim Reshetnikov, avanzó que se mejorará el pronóstico del Producto Interior Bruto respecto al informe de junio cuando se preveía una caída de 4,8% en 2020.