Para la alegría de los aficionados al fútbol del Viejo Continente, ha arrancado la segunda edición de la Liga de las Naciones que se celebra por iniciativa de la UEFA y sustituye los ciclos de partidos amistosos que solían disputar las selecciones nacionales de cara a competiciones oficiales.
Lo atractivo de este nuevo torneo continental es que, además de brindar a los 55 equipos nacionales europeos una buena oportunidad de probar sus fuerzas de cara a la Eurocopa, la Liga de las Naciones deja a las selecciones que no pudieron clasificar para el Campeonato Europeo un chance de obtener un pase adicional a la Eurocopa.
El sistema del torneo de la Liga de las Naciones es un poco complicado, por eso solo les diremos que está compuesta por cuatro ligas: la A –formada por 16 selecciones más cotizadas de Europa que forman cuatro grupos–, la Liga D –también 16 combinados nacionales, pero cotizados más bajo agrupados en cuatro liguillas, la Liga C –otros 16 equipos nacionales de nivel más bajo todavía, divididos en 4 grupos; y la Liga D –dos grupos, uno de 4 selecciones, el otro de 3.
La primera jornada de la presente edición de la Liga de las Naciones arrancó el 3 de septiembre y presentó los siguientes resultados:
En el Grupo A4: Alemania empató con España (1-1), Ucrania superó a Suiza (2-1).
En el Grupo B3: Rusia ganó a Serbia (3-1), Turquía cedió ante Hungría (0-1).
En el Grupo B4: Bulgaria empató a uno con Irlanda, Finlandia perdió en casa frente a Gales (0-1).
En el Grupo C3: los dos partidos terminaron en un empate – Moldavia-Kosovo (1-1), Eslovenia-Grecia, sin goles.
Y en el Grupo D1: la selección de Islas Feroe superó a Malta (3-2), Letonia y Andorra empataron a cero.
Entre los acreditados al encuentro Rusia-Serbia estuvo nuestro colaborador, el analista deportivo peruano-ruso, Lorenzo de Chosica.
Con la contundente victoria en la primera jornada de la Liga de las Naciones 2020 sobre Serbia por 3-1 la selección de Rusia tomó la punta de su grupo e hizo un regalón a su entrenador, Stanislav Cherchésov, quien en la víspera del encuentro había cumplido 57 años.
Si bien es cierto que la gran mayoría de convocados por Cherchésov había tenido la posibilidad de práctica constante, gracias a que juegan en los clubes de la Premier Liga rusa que se reanudó en la segunda mitad de junio, con el inicio –después de una minipausa de agosto– de la temporada 2020-2021, también es verdad que la selección iba a su primer encuentro oficial con serias bajas: los mediocampistas internacionales y jugadores claves Denís Chérishev, del Valencia español, y Alexandr Golovín, del Mónaco francés, y el atacante Alexéi Miranchuk que acaba de fichar por el Atalanta italiano.
En resumen, el once inicial de Rusia fue una especie de experimento y, cosa lógica, necesitó tiempo para encontrar su juego óptimo.
El primer tiempo resultó ser bastante reñido, es más, la selección serbia en más de una ocasión estuvo a punto de abrir el marcador, pero el guardameta ruso Antón Shunin jugó a la perfección en cada momento.
Todo cambió en el segundo tiempo. Se vio nuevamente la mano certera de Stanislav Cherchésov, dando luz verde a sus pupilos a jugar más agresivamente en la ofensiva y así fue como comenzaron a llegar los goles.
El primer gol fue marcado desde el punto de penalti por el delantero punta Artiom Dziuba, en el minuto 48.
El defensa Viacheslav Karaváev, recién fichado por el Zenit San Petersburgo, amplió la ventaja a dos con un espectacular golazo desde fuera del área grande al estilo de Leo Messi o Franck Ribery (min. 69).
El conjunto serbio tardó 9 minutos en recortar la ventaja rusa a un gol, fruto de un ataque clásico por el bando derecho, desde donde un preciso centro de Lazovic fue aprovechado con elegancia por Mitrovic en el min. 78.
Parecía que los internacionales serbios, entre ellos jugadores que militan en renombrados clubes italianos u holandeses, renacieron la intriga, pero el resbalo y la caída a pocos metros del área grande de un zaguero del equipo balcánico, permitió a Dziuba marcar con un zurdazo su segundo gol en ese partido y el tercero para Rusia (min. 81).
3-1 a favor de Rusia se mantuvo en el marcador hasta el pitido final.
Sea dicho de paso, tras marcar esos dos goles Artiom Dziuba se convirtió en uno de los mejores goleadores en la historia de la selección rusa: con sus 26 anotaciones alcanzó la marca de Vladímir Beschastnij, mientras sigue vivo el récord de Alexandr Kerzhakov, 30 goles por la selección de Rusia. Pero los dos últimos hace tiempo que finalizaron su carrera, mientras que Dziuba tiene todo para convertirse en el máximo goleador de la selección rusa.
En la conferencia de prensa posterior al partido, que se celebró a distancia, Stanislav Cherchésov se mostró poco satisfecho del desempeño de sus jugadores, ya que perdían el balón en situaciones bastante simples. Admitió que la causa de ello podría ser el obligado parón a raíz de la pandemia del COVID-19, que perjudicó la mutua comprensión de los futbolistas.
El técnico ruso recalcó que a pesar del abultado marcador final, Rusia consiguió una victoria sufrida.
