"En Rusia hay numerosas muestras biológicas [de Navalni], objetos incautados, hay que examinarlos ahora, esperamos que el Gobierno [ruso] dé explicaciones al respecto", dijo Seibert.
Recordó que la postura de Berlín consiste en que hay una "prueba inequívoca de que la sustancia con la que fue envenenado Navalni es una del grupo Novichok".
"Rusia tiene información sobre este ataque o la puede obtener, no nosotros", enfatizó Seibert.
Además comentó que Alemania mantiene contacto con los socios en la UE, en la OTAN, así como con la OPAQ, sobre la situación de Navalni.
Navalni fue trasladado a Berlín desde Rusia el 22 de agosto, después de pasar dos días en un hospital de Omsk, a donde fue ingresado tras sentirse mal durante un vuelo procedente de Tomsk (Siberia).
El hospital de Omsk le indujo en un coma y sospechando que fue envenenado le trató con atropina, medicamento que sirve como antídoto para los agentes nerviosos. Sin embargo, luego los médicos de Omsk rechazaron su versión inicial, y le diagnosticaron a Navalni un trastorno metabólico.
El 2 de septiembre la canciller alemana, Angela Merkel, declaró que un laboratorio especial del Instituto de Farmacología y Toxicología de Bundeswehr concluyó, tras analizar las muestras tomadas a Navalni, que el opositor fue envenenado con una sustancia neuroparalítica del grupo del Novichok.
Merkel subrayó que Navalni sufrió un intento de asesinato y llamó al Gobierno ruso a aclarar el caso.
A su vez, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró que Rusia está interesada en una amplia cooperación con Alemania para aclarar la situación en torno al opositor ruso.