"No podemos anunciar sanciones sin pruebas; es necesario saber quién es responsable de lo ocurrido", dijo Schallenberg en una entrevista con el medio.
Señaló que la imposición de medidas restrictivas contra Rusia dependerá del resultado de la investigación del supuesto envenenamiento de Navalni.
El caso de Navalni no es un asunto puramente interno de Rusia, agregó el ministro.
El 2 de septiembre el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, informó que los análisis toxicológicos realizados por un laboratorio de las Fuerzas Armadas de Alemania muestran que Navalni fue envenenado con una sustancia de la familia del Novichok.
El opositor ruso fue trasladado a Berlín, desde Rusia, el 22 de agosto después de pasar dos días en un hospital de la ciudad de Omsk, donde fue ingresado tras perder el conocimiento durante un vuelo procedente de la ciudad de Tomsk (Siberia).
La canciller federal alemana Angela Merkel calificó de "inquietante" la información sobre el "intento de envenenamiento" del opositor ruso, "víctima de un crimen", y expresó la esperanza de que el Gobierno ruso se explique al respecto.
El embajador ruso en Berlín, Serguéi Necháev, que fue convocado al Ministerio de Asuntos Exteriores e informado sobre las conclusiones del Gobierno federal de Alemania con respecto al caso de Navalni, instó a Berlín a no politizar el asunto.
El director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, afirmó el 3 de septiembre que no descarta que el supuesto envenenamiento del opositor ruso haya sido una provocación de los servicios secretos occidentales.