El 2 de septiembre de 1945 el imperio nipón firmó la rendición ante EEUU con lo que concluyó así la Segunda Guerra Mundial, luego que la Alemania nazi lo hiciera en mayo de ese mismo año ante el Ejército soviético.
Solo cuenta con fuerzas de seguridad para la protección interna. Pero bajo el mando de Abe —en el poder desde 2012— se impulsaron cambios a la carta magna que incluso le permiten intervenir militarmente en el exterior. Lo logró tras la primera reelección en diciembre de 2015 pese al fuerte rechazo social.
"En su segundo mandato, Abe vino con un programa de revitalización", apuntó Travieso, economista-político argentino, doctorado de la Universidad Chuo de Tokio. En este sentido describió que dicho plan "tiene un programa económico con proyectos de medidas monetarias, reformas fiscales y una gran reforma estructural".
Con respecto al plano político el entrevistado señaló que la reforma constitucional "era un sueño que [Abe] no pudo cumplir en su primer mandato", mientras que en el plano internacional, la tercera pata del modelo, consiste en "recolocar a Japón en el mapa internacional, sobre todo con los temores y tensiones respecto a la seguridad y a la economía que le estaba dando la emergencia de China".
Volviendo al barrio
"China se volvió muy importante para Japón", enfatizó el también integrante del Grupo de Estudios del Este de Asia del Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires.
Por eso, "han sido más cautelosos y a eso se dirigen, a establecer mejores canales de comunicación", afirmó.
Pero al mismo tiempo que se produce esa "relación de dependencia, de incitación a la cooperación, de superación de las rispideces históricas y encontronazos en la competencia, se da la preocupación en temas de seguridad y defensa", agregó el experto.
"Olvídate de que EEUU va a seguir siendo uno de sus principales aliados y de sus principales prioridades", aseguró Travieso, no sin reconocer que aún existe "un puente de interdependencia muy fuerte" entre las naciones.
"Pero con el Tratado Transpacífico (TTP), que EEUU abandonó, Japón no se quedó con los brazos cruzados y se puso a la cabeza porque su economía necesita tener un mayor protagonismo regional y global", dijo.
En la relación con EEUU, "Japón está como buscando un lugar propio y no la absoluta dependencia porque eso también lo ha llevado a caer con la caída misma de EEUU que estamos viendo", afirmó.
Sucesión y después
Para Travieso, todo indica que Yoshihide Suga (actual jefe de Gabinete) será quien reemplace a Abe a partir del 15 de septiembre.
Un día antes se reunirá el Partido Democrático Liberal para elegir a su nuevo líder, que por tratarse de la fuerza más votada en 2018 —cuando Abe logró su tercer mandato consecutivo— asumirá también como primer ministro.
"En diciembre de 2019 ya había síntomas de agotamiento de la administración. Las encuestas daban que 60% se oponía a un cuarto mandato suyo", contó Travieso al expresar que más allá de los problemas de salud alegados por Abe para dejar el cargo, su liderazgo empezaba a declinar.
En parte, por "las fallas en el Abenomics, que las tiene", dijo en alusión a cómo se conoce popularmente a su plan económico. Pero también por la gestión de la pandemia y el propio desgaste que implica el ejercicio del poder.
Será tarea del nuevo primer ministro iniciar un proceso de reanálisis de los programas, aunque Travieso expresó su convicción de que en cuanto al tema económico "va a continuar, el pensamiento es que van a seguir insistiendo con la flexibilización monetaria. Suga es el más cercano a ese programa".