Todo se desencadenó cuando Julián García Camacho instaló un cartel publicitario donde el presidente español —que aparecía con la nariz larga de Pinocho— promocionaba sus jamones, que son "anti Pedro Sánchez", según la leyenda que acompañaba la imagen.
Algo que, de acuerdo al comerciante, desató la ira del alcalde de la localidad, el socialista Gilberto Domínguez Sánchez, cuya irritación se vio reflejada en una orden del Ayuntamiento para que retirara el caballete publicitario, además de haberse abierto un expediente que propone una sanción de 750 euros por una supuesta violación de normas municipales.
Una actuación calificada por Julián García Camacho como errónea. Y es que sus adversarios "no pensaban que iban a tener un enemigo tan fuerte enfrente".
"Yo no me cayo", enfatizó.
Ante ello, Gilberto Domínguez Sánchez le denunció ante la Guardia Civil por un delito contra el honor. Julián García Camacho, a su vez, presentó una denuncia contra el regidor jabugueño —a quien acusa de "robarle" el cartel publicitario— por su presunta prevaricación.
"Es una dictadura lo que tenemos en Jabugo", indicó el comerciante, aseverando que sus habitantes tienen "mucho miedo" a las autoridades locales y prefieren "callar" para no tener "complicaciones".
"Ese no es mi caso: quiero defender mi derecho de expresión contemplado en la legislación española. No tengo miedo a ellos, no son reyes. Ellos están para servir al pueblo, no para utilizar al pueblo para que sirva a ellos", subrayó.
En este contexto, insistió en su derecho a manifestar que Pedro Sánchez ocupa su cargo "ilegítimamente".
"Ha engañado a sus propios votantes para poder conseguir el sillón del poder. Nos dijo a todos los españoles que nunca pactaría con terroristas, que nunca pactaría con separatistas, que nunca pactaría con comunistas, e hizo todo lo contrario a lo que dijo", apuntó.
"El cartel ha motivado que las ventas de mi negocio aumenten bastante", afirmó, agregando que los esfuerzos por acallarlo le hicieron un flaco favor al alcalde de Jabugo, cuya mala fama y los pormenores del caso llegaron a trascender las fronteras.
"Lo digo muchas veces a mi mujer: 'Me da pena el alcalde, porque ha conseguido todo lo que no quería conseguir'", concluyó sonriendo Julián García Camacho.