Los hechos se produjeron el 2 de septiembre, cuando los policías se acercaron a un automóvil en el se encontraban algunas personas supuestamente armadas. En Estados Unidos todos los civiles tienen derecho a poseer y portar armas.
El jefe de la Policía de Washington, Peter Newsham, afirmó que los agentes creían que el joven tenía un arma.
Este episodio se suma a los numerosos casos de brutalidad policial contra los afroamericanos. El 23 de agosto, un policía blanco le disparó siete veces por la espalda al afroamericano Jacob Blake en la localidad de Kenosha, estado de Wisconsin. El hombre quedó paralítico.
Estados Unidos es escenario de protestas por la violencia policial contra los afroamericanos desde mayo pasado. Las manifestaciones estallaron tras el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco. Los activistas reclaman justicia para las víctimas de la brutalidad policial.