El informe predice que "a menos que la comunidad internacional tome medidas inmediatas y ambiciosas para contrarrestar los efectos catastróficos de la COVID-19 en la educación de las personas refugiadas, el potencial de millones de jóvenes refugiados que viven en algunas de las comunidades más vulnerables del mundo se verá aún más amenazado", de acuerdo al comunicado del Acnur.
"Esta situación sin duda va a empeorar: muchos niños y niñas refugiados probablemente no tendrán la oportunidad de retomar sus estudios por el cierre de escuelas, las graves dificultades para pagar las tasas de matriculación, uniformes o libros, la falta de acceso a tecnologías o porque se ven obligados a trabajar para ayudar a sus familias", dice el texto.
Desde el 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud califica como pandemia la enfermedad COVID-19 causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 detectado en la ciudad china de Wuhan a finales de 2019.
A nivel global se reportan 25.884.895 casos del COVID-19, incluyendo 859.130 muertes, según los últimos datos de la OMS.