Se mascó la tragedia junto al cutter de la Guardia Costera de Estados Unidos Kimball cuando un tiburón de dos metros emergió entre los tripulantes que decidieron darse un baño.
Entre los gritos que alertaban desde la cubierta del buque a los bañistas de la presencia del depredador, de repente, sonaron fuertes disparos. Era el especialista policial marítimo Samuel Cintron, que también se encontraba a bordo y decidió emprenderla a tiros con el animal para permitir que sus apurados compañeros ganaran tiempo y pudieran ponerse a salvo.
La Guardia Costera de Estados Unidos cree que el animal era un marrajo carite o un zorro pelágico, "algo con lo que no hay que bromear. La tripulación añadió que "no creemos que el tiburón resultara herido. Nuestro objetivo era mantenerlo lejos de los compañeros, no hacerle daño, si era posible".