"Ahora todos los procesos, todos los contactos con Bielorrusia están suspendidos, puedo informarles oficialmente. Estamos monitoreando el desarrollo de la situación, y solo cuando estemos convencidos de que estos contactos no causarán pérdidas reputacionales, morales y éticas para Ucrania, se reanudarán", dijo Kuleba a la cadena 1+1.
Agregó que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, no se reunió con el mandatario bielorruso, Alexandr Lukashenko, después de las elecciones en Bielorrusia y de momento no planea hacerlo.
"Ahora de Minsk en este proceso hay solo el nombre, ya que todas las reuniones se realizan en línea debido a la pandemia, por lo tanto nadie viaja allí y no hay conexión física con Minsk que representa más un símbolo", dijo Kuleba a la cadena 1+1.
Agregó que "actualmente no hay necesidad de tomar la decisión" sobre el traslado de las negociaciones.
"Pero por cierto seguiremos el desarrollo de los eventos en Bielorrusia, y estamos listos para tomar las decisiones apropiadas en caso de necesidad", puntualizó.
A su vez, el jefe de la delegación de Kiev en el Grupo de Contacto para Donbás y primer presidente de Ucrania, Leonid Kravchuk, dijo que la decisión sobre el traslado de las consultas debe tomarse con participación de todos los miembros del Grupo de Contacto Trilateral, incluidas Rusia y la OSCE.
A mediados de agosto, Kravchuk declaró que admite el traslado de las negociaciones sobre la normalización de la crisis ucraniana de Bielorrusia a Suecia, Suiza o Finlandia, si las protestas en Minsk impiden celebrar las consultas.
Sin embargo, el actual presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, declaró que el traslado de las consultas del Grupo de Contacto Trilateral de Minsk a otra plataforma no tiene sentido.
En Minsk –el centro de las manifestaciones de los últimas semanas– se celebran tradicionalmente las reuniones del Grupo de Contacto Trilateral (Rusia, Ucrania y la OSCE), que junto con las negociaciones a cuatro bandas entre Alemania, Francia, Rusia y Ucrania, conocidas como el cuarteto de Normandía, ha sido la principal plataforma de consultas para buscar una solución pacífica al conflicto en el este ucraniano, que continúa desde abril de 2014.
En los primeros días que siguieron a la votación, los agentes de seguridad dispersaron con gas lacrimógeno, balas de goma, cañones de agua, granadas aturdidoras e incluso fusiles con acción de bombeo a los manifestantes que protestaban por un supuesto fraude electoral. Miles de personas fueron detenidas, centenares resultaron heridas y al menos tres fallecieron.
Las escenas de violencia cesaron en los días siguientes, pero las protestas continuaron y trascendieron de la calle a algunas cadenas de televisión públicas y compañías industriales, que se declararon en huelga.
La oposición bielorrusa exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko ha descartado en términos contundentes.
