A pesar de que el 14 de julio se levantaron algunas medidas de restricción para entrar al país, Rabat siguió ignorando a Ceuta y Melilla en su plan de apertura de fronteras. Desde finales de mayo, algunos seleccionados en las listas pudieron regresar a su país, pero aún quedan decenas de personas que viven atrapadas en ambas ciudades.
La desesperación por volver a su país de origen ha hecho que algunas personas crucen a nado el espigón del Tarajal. Es el caso de esta ciudadana marroquí que el pasado 25 de agosto pisó Marruecos tras cruzar a nado el mar a la vista de todos los bañistas que se encontraban en la playa.
Según ha podido confirmar Sputnik a través de fuentes de la Guardia Civil ceutí, el suceso ocurrió a media tarde y la mujer ya se encuentra en Marruecos. "La distancia que hay entre el Tarajal y la playa cercana a la valla de Ceuta hacia Marruecos es muy próxima, de alrededor de unos 100 metros", explica el agente. A pesar de llevar una pesada vestimenta, la mujer logró cruzarlo no sin desplomarse minutos antes de subir por las escolleras. Este tipo de acciones suelen ser habituales en hombres, pero el hartazgo por regresar a su país hace que las mujeres también busquen la forma de salir.
La muerte de su hijo le dio fuerzas para cruzarlo
La historia que se encuentra detrás de esta mujer no es menos dramática que la de cientos de ciudadanos atrapados en Ceuta o Melilla. La de Amal, como se llama la mujer que consiguió pisar tierra marroquí a nado, no se encuentra exenta de penuria. Su hijo Ismail, de poco más de un año, murió el pasado mes de mayo de leucemia mientras era tratado en un hospital peninsular.
El bebé finalmente fue enterrado en Ceuta. Amal tuvo que pasar el duelo sola y separada de su familia. Tal y como apunta el diario ceutí El Faro de Ceuta, la mujer ya apenas comía tras unas duras semanas de penurias. Ahora deberá guardar la cuarentena antes de llegar a su país, donde podrá continuar su vida rodeada de sus seres queridos.