La fuga no pudo ser localizada hasta ahora.
"El centro de control de vuelos comunicó a los tripulantes de la EEI que ya podían abrir las escotillas entre los segmentos ruso y estadounidense, lo que llevaría aproximadamente una hora", dijo el interlocutor de Sputnik.
Al día siguiente Roscosmos comentó que los tripulantes cerraron las escotillas entre los módulos de la estación y se aislaron en el segmento ruso hasta que se localizara la fuga en el segmento estadounidense.
Roscosmos aseguró que la fuga no amenaza a la EEI ni a los miembros de la tripulación.
Al principio se pensó que el encierro duraría hasta el 24 de agosto, pero se prolongó por un día más.
El portavoz de Roscosmos comunicó más tarde este 25 de agosto que tras cuatro días de aislamiento en el módulo ruso de la EEI, los tripulantes abrieron todas las escotillas interiores.
"A las 10.00 GMT fueron abiertas todas las escotillas de los módulos ruso y estadounidense, operación que llevó cerca de una hora", precisó el portavoz.
La fuga no se pudo localizar.
El astronauta de la NASA Christopher Cassidy pudo volver a su módulo y todos los tripulantes continuaron con sus programas de trabajo en la estación.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de EEUU (NASA) había comunicado que la fuga fue detectada desde septiembre de 2019.
Otra fuente de Sputnik dijo que la EEI perdía diariamente unos 220 gramos de aire al día y significa que el agujero que provoca la fuga de aire mide cerca de 0,1 milímetros.
Actualmente están trabajando en la EEI los cosmonautas rusos Anatoli Ivanishin e Iván Vagner y el astronauta norteamericano Christopher Cassidy.