Tijanóvskaya, que actualmente se encuentra en Letonia, se reunió este lunes con el subsecretario de Estado de EEUU, Stephen Biegun.
"Siempre hemos dicho que estamos preparados para el diálogo y aspiramos a la solución negociada de la crisis. Estamos abiertos para la mediación de las organizaciones internacionales en lo que respecta a aliviar el mantenimiento del diálogo", comentó Tijanóvskaya citada por su equipo de trabajo.
La excandidata también apuntó que las elecciones del 9 de agosto no fueron libres ni justas, así como expresó la opinión de que el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, "no goza del apoyo del pueblo".
Según Tijanóvskaya la oposición insiste en que se efectúe "una investigación no preconcebida de los crímenes cometidos por las autoridades de Bielorrusia contra el pueblo" y al mismo tiempo pide que "todos los países respeten la soberanía y la integridad territorial de Bielorrusia", subrayando que corresponde "solo al pueblo bielorruso decidir su futuro mediante unas elecciones libres y justas".
Tras la celebración de las presidenciales, Tijanóvskaya junto con la jefa de su equipo electoral, María Moroz, salió a Letonia e inició la formación del consejo coordinador (CC) sobre el traspaso del poder.
La Fiscalía General de Bielorrusia tras la fundación de este consejo abrió una investigación basándose en el artículo 361 del Código Penal "Llamamientos a las acciones dirigidas a hacer daño a la seguridad nacional de la República de Bielorrusia", declarando que la actividad del CC está dirigida a apoderarse del poder y dañar la seguridad nacional de Bielorrusia.
El CC a su vez afirma que las metas que ha proclamado y sus medios para lograrlas son legítimos y se basan en la Constitución de la República.
Bielorrusia es escenario de protestas masivas a raíz de las elecciones presidenciales del 9 de agosto que revalidaron el sexto mandato del presidente Alexandr Lukashenko, quien permanece en el poder desde 1994.
En los primeros días que siguieron a la votación, los agentes de seguridad dispersaron con gas lacrimógeno, balas de goma, cañones de agua y granadas aturdidoras a los miles de manifestantes que protestaban por un supuesto fraude electoral.
Según el Ministerio del Interior, los sucesos dejaron centenares de heridos, entre ellos más de 150 policías, y más de 6.700 detenidos. Tres personas fallecieron.
La portavoz de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (Acnudh) de la ONU informó que el Ministerio del Interior bielorruso confirmó la muerte de cuatro personas a causa de las lesiones recibidas durante las protestas, pero el Interior negó haber confirmado tal información.