"Primero, sobre el apoyo psicosocial, que es una prioridad programática importante: en una evaluación rápida de las necesidades realizada por Unicef y sus aliados, que tuvo lugar entre el 10 y el 17 de agosto, la mitad de los encuestados informó que los niños en sus hogares mostraban cambios en el comportamiento o signos de trauma o estrés extremo después de las explosiones", dijo Mercado.
Mercado afirmó que estos comportamientos y síntomas incluyen ansiedad severa; alejamiento de los padres y familias; pesadillas y dificultad para dormir; así como comportamiento agresivo.
Además, un tercio de los hogares también informaron síntomas negativos entre los adultos, señaló el vocero.
Mercado dijo que Unicef, junto con sus socios, ya han logrado llegar a cientos de niños con primeros auxilios psicosociales y a cientos de cuidadores con consejería y referencias médicas.
El portavoz señaló, sin embargo, que Unicef todavía necesita 46,7 millones de dólares de donantes para atender las necesidades inmediatas de los niños y las familias durante los próximos tres meses.
"Hemos recibido 1,3 millones de dólares y hay más en trámite; estamos agradecidos por estas contribuciones oportunas y flexibles y un mayor apoyo es vital ", dijo Mercado.
Apoyo por la parte del ACNUR
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) anunció su apoyo inmediato a más de 100.000 personas en el Líbano que se han visto significativamente afectadas por la explosión.
"El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, concluyó hoy una visita al Líbano durante la cual afirmó el apoyo inmediato de ACNUR a más de 100.000 personas que se vieron gravemente afectadas por la explosión que devastó la capital, Beirut, el 4 de agosto", dijo su oficina en un comunicado.
El apoyo proporcionará reparaciones de vivienda de emergencia y asesoramiento sobre traumas a todas las poblaciones afectadas, incluidos los refugiados, según el texto.
ACNUR solicitó un total de 35 millones de dólares para ayudar a las comunidades más afectadas en Beirut.
El presidente libanés, Michel Aoun, estimó que la explosión había causado alrededor de 15.000 millones de dólares en daños.
El Gobierno libanés declaró el estado de emergencia en la capital y dimitió menos de una semana después, tras la indignación pública que llevó a miles de manifestantes a tomar las calles de Beirut.