La Fiscalía General de Bielorrusia abrió el 20 de agosto una investigación penal por llamamientos a derrocar al gobierno y alterar de forma violenta el orden constitucional, contra el Consejo de Coordinación que la oposición concibe como un organismo de transición política. El presidente Alexandr Lukashenko advirtió anteriormente que las autoridades sabrán enfriar "algunas mentes febriles".
"Esperamos que las autoridades de Bielorrusia cierren el expediente penal y comiencen un diálogo para avanzar hacia una solución política de la crisis", dijo Massrali.
"Es necesario proteger de los arrestos y la violencia a la sociedad civil y a los que participan en el diálogo sobre el futuro de Bielorrusia", subrayó.
Durante una cumbre telemática extraordinaria, el 19 de agosto, los Veintisiete se negaron a reconocer el escrutinio oficial de los recientes comicios presidenciales en Bielorrusia, anunciaron la imposición de sanciones contra los responsables del fraude electoral y la violencia contra los manifestantes, se pronunciaron por convocar nuevas elecciones y manifestaron la disposición de acompañar la transición del país eslavo hacia la democracia.
Bielorrusia es escenario de fuertes protestas a raíz de las elecciones presidenciales del 9 de agosto, que revalidaron para un sexto mandato al presidente Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994.
Según el escrutinio oficial, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de la opositora Svetlana Tijanóvskaya con el 10,12% de los apoyos. Los otros tres candidatos reunieron juntos poco más del 4%.
Según el Ministerio del Interior, centenares de personas sufrieron heridas, incluidos más de 150 agentes del orden público, y más de 6.700 personas fueron detenidas. Tres personas fallecieron.
La violencia disminuyó en los días siguientes, pero las protestas continuaron y trascendieron de la calle a algunas cadenas de televisión públicas y compañías industriales, que se declararon en huelga.
La oposición bielorrusa exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko ha descartado en términos contundentes.