"El Consejo de Coordinación considera que la única vía para superar la crisis política es el inicio inmediato de las negociaciones y la elaboración de mecanismos para restablecer la legitimidad y celebrar nuevas elecciones", dijo al leer la resolución aprobada en una reunión del organismo.
"El Consejo de Coordinación no tiene como objetivo cambiar el orden constitucional y la política exterior", dijo.
En la resolución el organismo denunció "numerosas violaciones de las normas electorales" durante las elecciones celebradas el 9 de agosto y la detención de más de 7.000 personas por motivos políticos.
"La población ha perdido la confianza en el Gobierno actual y pide su dimisión", reza el texto del documento que indica que "varios países extranjeros no reconocieron los resultados de las elecciones presidenciales en la República de Bielorrusia".
Bielorrusia es escenario de fuertes protestas desde el 9 de agosto por los resultados de las elecciones presidenciales que dan como ganador al actual mandatario, Alexandr Lukashenko.
En los primeros días de las manifestaciones los agentes de seguridad recurrieron a gas lacrimógeno, balas de goma, cañones de agua, granadas aturdidoras e incluso fusiles con acción de bombeo. Según el Ministerio del Interior, centenares de personas sufrieron heridas, incluidos más de 150 agentes del orden público, y más de 6.700 personas fueron detenidas. Tres personas fallecieron.
Luego los agentes de seguridad dejaron de usar la fuerza para dispersar las manifestaciones, pero las protestas continuaron en las calles y también trascendieron a algunas de las cadenas de televisión públicas y compañías industriales, que se declararon en huelga.
La oposición bielorrusa impugna los resultados de las elecciones y exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko ha descartado en términos contundentes.