"Nuestra constitución exige que nuestro sistema judicial investigue los problemas internos por sí solo. Esto no excluye la presencia de los investigadores franceses, estadounidenses y otros, que ya ayudan a nuestra policía", dijo en una entrevista con el diario italiano Corriere della Sera.
Al comentar la investigación en curso, Aoun reiteró que de momento la pesquisa no excluye ninguna hipótesis, pero como la principal se perfila la versión de que fue un accidente.
"Muchos testigos libaneses afirman que poco antes de la explosión vieron y oyeron aviones. Es necesario escucharlos incluso si no parecen muy dignos de confianza. Incluso si parece que fue un accidente, yo querría que no me acusen de que no escucho cada voz", subrayó.
"Es imposible, (...) sabemos que Hizbulá no tiene almacenes de armas en el puerto. Sin embargo esta pista también será estudiada", agregó.
Aoun también descartó la posibilidad de dimitir, al recordar que el Líbano celebrará unas nuevas elecciones presidenciales a lo largo de un año "o seis meses".
Al menos 171 personas murieron, más de 6.000 resultaron heridas y alrededor de 300.000 se quedaron sin techo después de que 2.750 toneladas de nitrato de amonio, almacenadas de forma inadecuada desde 2014, detonaran en el puerto de Beirut.