"Polonia se está preparando para una posible ola, mayor o menor, de los llamados refugiados políticos, de aquellas personas que querrán cruzar la frontera porque son perseguidos", dijo Przydacz.
El diplomático aseguró que Varsovia ya preparó "un paquete legislativo para facilitar la obtención de visas y la entrada" a Polonia.
Según el viceministro, los países de la Unión Europea están listos para abordar la situación en Bielorrusia al más alto nivel.
"Espero que en los próximos días se tome una decisión al respecto. Por supuesto, eso requiere una serie de pasos diplomáticos que nosotros, las autoridades polacas, estamos tomando", agregó.
A su vez, el ministro letón de Asuntos Exteriores, Edgar Rinkevics, Letonia podría recibir a los ciudadanos de Bielorrusia que abandonan su país en medio de las protestas.
"En una reunión extraordinaria del Gobierno de Letonia se debatió la propuesta de abrir fronteras para los ciudadanos de Bielorrusia. Letonia está preparada para acoger a los refugiados de acuerdo con las leyes y las normas de seguridad vigentes por el COVID-19", señaló.
El canciller reveló que no espera una afluencia masiva de bielorrusos, pero al mismo tiempo afirmó que todo dependerá del desarrollo de la situación.
"Espero que no haya amplias represiones, pero estamos preparados para acoger a los refugiados políticos, aunque no creemos que sean muchos", agregó.
Hasta el momento Letonia no ha recibido solicitudes de asilo político de los habitantes de Bielorrusia, confesó.
Después los organismos judiciales dejaron de usar la fuerza para dispersar los mítines; más de 6.700 personas fueron detenidas en los primeros días de las protestas.
Según el Ministerio del Interior de la república, durante los desórdenes centenares de personas sufrieron heridas, incluidos más de 120 agentes del orden público, un manifestante falleció en un intento de arrojar contra los policías un explosivo de fabricación casera.