"Con informes cada vez más alarmantes sobre unas condiciones y un tratamiento inhumanos en los centros de detención, la Unión Europea espera una investigación exhaustiva y transparente de todos los presuntos abusos, a fin de responsabilizar a todos los culpables", expresó el diplomático en un comunicado publicado por el Servicio Europeo de Acción Exterior.
Se agrega que la delegación de la UE en Bielorrusia transmitió este mensaje a las autoridades bielorrusas actuales.
Además, Borrell expresó el apoyo de los Veintisiete al pueblo bielorruso.
"Los enormes números muestran claramente que la población bielorrusa quiere un cambio y lo quiere ahora, la UE la apoya", afirmó.
También el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, anunció este 17 de agosto que convoca para el día 19 una cumbre de la UE en relación con la situación en Bielorrusia.
Además, Charles Michel, aprovechó la invitación dirigida a los Estados miembros a una videoconferencia sobre la situación en Bielorrusia para defender el derecho del pueblo bielorruso a decidir su futuro sin injerencia externa.
"El pueblo de Bielorrusia tiene el derecho a determinar su propio futuro. Para garantizarlo, se debe poner fin a la violencia y entablar un diálogo pacífico e inclusivo. El liderazgo de Bielorrusia debe reflejar la voluntad del pueblo. No debe haber interferencia externa", dice el texto de la invitación.
Michel apuntó que la situación en Bielorrusia "no es aceptable".
"Las elecciones del 9 de agosto no fueron libres ni justas. La violencia posterior contra los manifestantes pacíficos fue impactante y debe ser condenada. Aquellos responsables deben rendir cuentas. La UE ha comenzado a trabajar en sanciones", subrayó.
Tras las elecciones del 9 de agosto, que según los datos de la Comisión Electoral Central ganó el presidente en ejercicio, Alexandr Lukashenko, al reunir el 80,1% de los apoyos, en Bielorrusia estallaron masivas protestas, las que en los primeros días se reprimieron con el uso de gas lacrimógeno, balas de goma, cañones de agua y granadas aturdidoras.
Después los organismos judiciales dejaron de usar la fuerza para dispersar los mítines; más de 6.700 personas fueron detenidas en los primeros días de las protestas.
Según el Ministerio del Interior de la república, durante los desórdenes centenares de personas sufrieron heridas, incluidos más de 120 agentes del orden público, un manifestante falleció en un intento de arrojar contra los policías un explosivo de fabricación casera.