Tanto el Gobierno catalán como el consistorio barcelonés descartaron acusar de asesinato a Houli Chemlal, Driss Oukabir y Said Ben Iazza, los únicos presuntos colaboradores de la célula que atentó que siguen vivos, según avanzó el diario catalán Ara.
Ambas acusaciones particulares lo indicaron así en sus escritos de calificación ante la Audiencia Nacional de España, que en julio declaró la apertura de juicio contra Chemlal y Oukabir, presuntos miembros del grupo yihadista, y Said, investigado como colaborador.
Esta circunstancia se debe a que los autores directos de los ataques fallecieron a manos de la Policía sin poder rendir cuentas ante la justicia.
El terrorista que condujo la furgoneta y atropelló a decenas de personas por las Ramblas, en el que fue ataque más mortífero de los atentados, fue localizado y abatido poco después.
Otros cinco presuntos miembros de la célula murieron por disparos de los agentes en Cambrils, mientras que el resto pereció en la explosión que se produjo en la casa de Alcanar (Tarragona) donde preparaban sus acciones.
El Gobierno de Cataluña pide una pena de 44 años de cárcel para Houli y Oukabir y ocho para Ben Iazza, que supuestamente ayudó a los integrantes de la célula pero no participó directamente en los planes.
Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona eleva su petición a 90 y 95 años para los dos miembros del grupo yihadista y ocho para su compañero y aparente colaborador.
Sin embargo, contrasta con el resto de acusaciones particulares, representadas en su mayoría por familiares de las víctimas, entre las que se encuentra la Asociación de Víctimas del Terrorismo de España.
Tanto las entidades como los allegados de los fallecidos y heridos consideran a los tres procesados responsables de los ataques y piden para ellos la prisión permanente revisable y penas superiores a los 2.000 años de cárcel.
A esta solicitud se une el ayuntamiento de Cambrils, donde se produjo una de las muertes, que acusa a los supuestos yihadistas de delitos de asesinato y grado de tentativa.
El próximo lunes se cumplen tres años de los atentados, que comenzaron la tarde del 17 de agosto de 2017 con un atropello masivo en la calle peatonal de las Ramblas, en Barcelona.
En esta avenida, una de las más turísticas de la ciudad, el joven yihadista Younes Abouyaaqoub atropelló mortalmente a más de una decena de personas entre españoles y ciudadanos extranjeros que se encontraban de vacaciones.
Horas después, ya en la madrugada del 18 de agosto, otros miembros de la célula se desplazaron a Cambrils y se dispusieron a atacar con armas blancas a varias personas que circulaban por el centro del municipio.
Es Satty falleció en la explosión de Alcanar, donde el grupo se preparó durante meses para realizar uno o varios atentados de grandes dimensiones mediante el uso de artefactos explosivos, según concluyeron las pesquisas policiales y judiciales.
Se cree que la explosión de la casa frustró los planes originales del grupo, que acumulaba allí varios cientos de kilogramos de explosivos y granadas de mano, lo que propició que improvisaran los actos de Barcelona y Cambrils.
* acrónimo de autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países