"Estos nuevos poderes envían un mensaje muy claro de que el Gobierno no tolerará a quienes actúen en contra de los intereses británicos", dijo Patel, citada por el Gobierno británico en su página web.
La policía ahora puede detener, interrogar, y, cuando sea necesario, registrar y arrestar a extranjeros sospechosos de realizar actividades de espionaje.
La ministra precisó que las nuevas facultades se introdujeron en la Ley contra el Terrorismo y la Seguridad Fronteriza 2019 en respuesta al incidente de Salisbury en 2018.
Serguéi Skripal, reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia, fueron hallados inconscientes a principios de marzo de 2018 en la ciudad británica de Salisbury, como resultado de lo que Londres llegó a calificar como intento de envenenamiento con una sustancia de acción neuroparalizante.
Nada más abierta la investigación, Londres responsabilizó sin pruebas a Moscú de estar detrás del envenenamiento.
Moscú rechaza de plano las acusaciones de Londres, que considera infundadas, y envió decenas de notas diplomáticas al Foreign Office reclamando acceso a las pruebas para poder colaborar con la investigación, así como a los Skripal, que son ciudadanos de Rusia.
A raíz del caso de Salisbury, los dos Estados redujeron en grado considerable sus contactos diplomáticos.