En comparación con el mismo período de 2019, los suministros aumentaron 2,3 veces y alcanzaron un nivel máximo desde el momento en que este organismo ruso empezó a presentar sus estadísticas en formato electrónico, escribe la agencia rusa RBC.
Los Países Bajos y Malta son centros de tránsito desde donde se suministran el petróleo y los productos derivados a los usuarios finales en otros países. Según la Administración de Información Energética (EIA) de EEUU, las importaciones de productos petrolíferos rusos en solo cinco meses de 2020 (los datos de junio aún no están disponibles) alcanzaron 67,9 millones de barriles o 9,3 millones de toneladas.
Esto es más de lo que dicen en Rusia. La diferencia se debe al hecho de que el Servicio Federal de Aduanas de Rusia calcula en las exportaciones solo los envíos a Estados Unidos directamente, mientras que las estadísticas estadounidenses incluyen las importaciones de todo el petróleo ruso por origen, incluso si fue suministrado a través de terceros países.
Según Reuters, las importaciones rusas sustituyen los hidrocarburos de Venezuela que cayeron bajo las sanciones. Además, influyen los precios atractivos que propone Rusia y las tarifas de flete más bajas para los petroleros.