Este tierno cordero es tan lento que ni su dueño ni su rebaño podían esperarlo. Por eso lo agarraron, le pusieron unos lentes de sol y una gorra para subirlo al automóvil y trasladarlo hasta su destino.
El temor del dueño era que por la lentitud del animal, este pueda perderse del rebaño o causar algún accidente de tráfico, por eso decidió llevarlo en su coche. Si no lo hubieran trasladado de esa manera, quizás el cordero, con su paso, nunca habría llegado a su destino.