"A fin de cuentas, Brasil es una potencia agrícola, las amenazas existen sobre nosotros todo el tiempo, y lamentablemente unos pocos brasileños trabajan contra nosotros en esa cuestión", expresó el presidente, según recoge el portal de noticias G1.
Bolsonaro también dijo que la política de su Gobierno es de "tolerancia cero" contra los delitos ambientales, y pidió que además de preservar la Amazonía se trabaje para estimular el desarrollo sostenible de la región.
El presidente Bolsonaro ha manifestado en varias ocasiones sensibilidad hacia las reivindicaciones de los extractores ilegales de minerales y su Gobierno ha trabajado en favor de amnistías a los propietarios rurales que deforestan sus tierras de forma irregular.
Además de Bolsonaro, participaron los presidentes de Colombia, Ivan Duque; Perú, Martín Vizcarra; Bolivia, Jeanine Áñez; y Ecuador, Lenín Moreno, además de los embajadores de Guyana y Surinam en Brasil.
Previamente hubo otra reunión virtual en la que participó el vicepresidente del Gobierno brasileño, Antônio Hamilton Mourão, que también preside el Consejo de la Amazonía, que tiene como intención coordinar las acciones gubernamentales en la región.
Mourão reconoció que en el primer año de gestión del Gobierno hubo un aumento en los índices de deforestación y que esto provocó una reacción a nivel internacional, pero añadió que la situación está cambiando: "Creemos que nuestros esfuerzos están empezando a presentar resultados", afirmó.
Según datos oficiales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe), vinculado al ministerio de Ciencia, entre agosto de 2019 y julio hubo alertas por deforestación en 9.205 kilómetros cuadrados de selva, un 34,5% más que entre agosto de 2018 y julio de 2019.
No obstante, si se toman únicamente los datos del mes de julio de este año se detecta una caída del 27%: fueron 1.654 kilómetros cuadrados, frente a los 2.200 kilómetros de julio del año pasado.