Durante el experimento, los investigadores estadounidenses examinaron el proceso de afeitar bajo el microscopio electrónico de barrido. Se dieron cuenta de que la microestructura del acero a menudo no es homogénea. Una vez que aparece una pequeña grieta, el filo se hace cada vez más vulnerable, incluso si se trata de un material tan blando como el cabello humano, independientemente de su grosor. Este fenómeno se denomina intensificación de tensiones.
Los autores del estudio también concluyeron que la aparición de astillas depende del ángulo de corte. En particular, cuando el pelo se encontraba perpendicularmente a la cuchilla, no se producían microgrietas. Al mismo tiempo, aparecían habitualmente cuando el filo topaba con el lateral del cabello.
Los ingenieros estadounidenses subrayan que el hallazgo podría ayudar a encontrar un modo de alargar la vida útil de las máquinas de afeitar y crear una cuchilla utilizando un acero inoxidable que tenga estructura más uniforme.
"Encontramos los ingredientes principales del fallo, algo que nos permitió determinar una nueva ruta de procesamiento para fabricar hojas que puedan durar más", declaró uno de los encargados del estudio, C. Cem Tasan.