En una entrevista telefónica Nassar agradeció a Rusia "las condolencias y la solidaridad con el pueblo libanés por la catástrofe", así como "la ayuda operativa que la Federación de Rusia envió al Líbano", en particular los cinco aviones enviados por el Ministerio de Emergencias ruso que suministraron al país árabe medicamentos, especialistas, un hospital de campo y un laboratorio para pruebas del coronavirus.
"Esperamos que Rusia amplíe su ayuda y la siguiente etapa de esa asistencia serán materiales de construcción, como aluminio, vidrio, madera y otros", dijo.
El embajador señaló que tras las explosiones en el puerto fue destruido totalmente un silo importante, y por ello el Líbano "necesita asistencia alimentaria", en concreto "cereales y trigo para prestar ayuda de urgencia a las víctimas".
El diplomático señaló que numerosos países ayudan al Líbano como muestra la visita que realizó el jueves el presidente francés, Emmanuel Macron, quien planteó la iniciativa de organizar una conferencia para recolectar ayuda para el Líbano.
"Sería bueno que Rusia tome parte en esta conferencia si se celebra", expresó la esperanza el diplomático.
Nassar agregó que las autoridades libanesas hasta el momento "no han tomado la decisión de solicitar ayuda financiera directamente a país alguno", pero a la vez afirmó que "todas las opciones son posibles".
"Si surge esta necesidad, los organismos competentes libaneses contactarán con los socios rusos para examinar esta cuestión", respondió a la pregunta si el Líbano prevé solicitar a Rusia un préstamo.
El 5 de agosto el gobernador de Beirut, Marwan Abboud, estimó en entre 10.000 millones y 15.000 millones de dólares el daño provocado por las explosiones. Según reconoció el ministro de Economía, Raoul Nehme, el país no podrá lidiar con las consecuencias de las explosiones y por ello pedirá ayuda al Fondo Monetario Internacional.
La megaexplosión que ocurrió el 4 de agosto en el puerto marítimo de Beirut, en la cercanía de una base naval del Líbano, causó 154 muertos y unos 5.000 heridos, según los últimos datos. Unas 300.000 personas quedaron sin hogar y muchas más se dan por desaparecidas.
En el país se declararon tres días de luto y el estado de emergencia por dos semanas. Según los datos preliminares, la explosión fue provocada por el almacenamiento inadecuado de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto.