El Gobierno de Alberto Fernández alcanzó uno de los más importantes desafíos desde que asumió la gestión del país sudamericano: renegociar la deuda contraída —mayoritariamente— por su predecesor, Mauricio Macri (2015-2019).
La tarea, a la que el equipo económico se volcó de inmediato después de su asunción en diciembre, logró sus primeros frutos este lunes 3 de agosto, luego de tres meses de haber presentado su primera propuesta.
De acuerdo con el reciente anuncio, los tres grupos principales de bonistas aceptaron las condiciones ofrecidas por el Ejecutivo y la oferta se mantendrá hasta el 24 de agosto. Con este plazo contarán para aceptar la oferta aquellos acreedores que todavía no lo hicieron.
"Las condiciones acordadas fueron fundamentalmente un aplazamiento de los pagos de los vencimientos respecto a los bonos originales y una reducción de los pagos de intereses. No así del capital que prácticamente se mantiene intacto, aunque sí se posterga unos años el pago", explicó a Sputnik el experto argentino en economía política, Andrés Wainer.
La quita de capital es de apenas 1,9% de la deuda de casi 68.000 millones de dólares. Mientras que el interés se redujo a una tasa promedio de 3.07% frente a la original de 7%.
Esto implica que la nación deberá pagar vencimientos de títulos externos por 4.500 millones de dólares en los próximos cinco años, en lugar de los 30.200 millones originales. En cuanto al Valor Presente Neto de la deuda, los acreedores lograron 54,8 dólares cada 100 invertidos.
"Este Valor Presente Neto es lo que valdría ese papel si se quisieran desprender de él inmediatamente después del canje, es decir a cuánto se podría vender. Esto es algo que está dado fundamentalmente por las condiciones de ese papel, por los tiempos de vencimiento y también por los intereses que devenga", señaló Wainer.
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