EEUU ha arriado su bandera del Consulado General de ese país en Chengdu. El personal que trabajaba en el centro ha tenido que abandonar su puesto de trabajo, unas instalaciones que han vuelto a quedar bajo control chino.
Sin duda, un duro revés para los trabajadores, pero también para las propias relaciones sino-estadounidenses, ya que ese consulado se encontraba "en el centro de nuestras relaciones con el pueblo del oeste de China, incluido el Tíbet, durante 35 años", declaró un portavoz del Departamento de Estado de EEUU.
El deterioro de las relaciones entre China y EEUU no da tregua. Esta escalada llega tras años de tensiones por las acusaciones norteamericanas a China de prácticas comerciales desleales y una respuesta deficiente al brote de coronavirus, entre otras cosas. Por su parte, el gigante asiático está muy sensible con EEUU tras la intervención de este en las protestas vividas recientemente en Hong Kong.