El valor de las exportaciones rusas de productos de repostería alcanzó en 2019 una cifra récord de 1.400 millones de dólares. Así, ese año China importó 101.000 toneladas de derivados del chocolate por un valor de 438 millones dólares estadounidenses. Mientras tanto los envíos procedentes de Rusia constituyeron casi la mitad de este volumen: 49.000 toneladas por un valor 112,6 millones de dólares, según apuntan los datos recogidos por el centro federal ruso Agroexport.
El volumen de producción confitera en Rusia ya es de cuatro millones de toneladas anuales, pero el consumo interno no supera las 3,3 millones de toneladas, enfatizó, a su vez, Serguéi Nosenko, presidente de la asociación de empresas de la industria pastelera rusa, Askond.
"El mercado interno está saturado. Tenemos que avanzar hacia el desarrollo del potencial de los mercados conexos, incluidos el asiático, árabe y europeo", aseveró el interlocutor de la agencia.
Los expertos de Agroexport consideran que la demanda de chocolate en China crecerá en el futuro mostrando una transición simultánea de la cantidad a la calidad. Los consumidores de este país asiático están cada vez más dispuestos a comprar productos de la más alta categoría, que estén hechos con ingredientes de la mejor calidad y que tengan mejores características de sabor y envases más atractivos.
"Si bien en términos absolutos el consumo de productos de confitería con alto contenido en azúcar en China disminuye, en términos monetarios ese mercado chino está creciendo. Esto significa que los consumidores del país asiático están cambiando a productos del segmento más caro y de primera calidad. En los segmentos de zefir y pastilá —dulces típicos de Rusia parecidos a los malvaviscos— vemos una evidente ventaja para nuestros fabricantes", agregó el director ejecutivo de Askond, Viacheslav Lashmankin.