"Creo que la situación es realmente crítica y no hay señales de que esté bajo control", dijo Lam, citada por la cadena RTHL, en una rueda de prensa.
Una nueva ola de COVID-19 que empezó en Hong Kong a principios de este julio, según ella, se caracteriza por transmisión comunitaria.
Lam dijo que el uso de mascarillas, que se impuso la semana pasada en el transporte, también será obligatorio en los demás espacios públicos bajo techo.
La jefa del Ejecutivo anunció que una parte de los cargos públicos pasarán a trabajar desde su casa a partir del 20 de julio, y que se suspenderán por una semana los servicios que no sean de emergencia o esenciales.
También se cancelarán todas las reuniones y actividades programadas en los comités gubernamentales.
En lo que respecta a un 60% de los funcionarios que seguirán trabajando en las oficinas, el Gobierno se compromete a brindarles una protección adecuada.
Según RTHK, Hong Kong está luchando ahora contra una tercera ola de COVID-19, con los brotes registrados en diferentes partes de la ciudad, particularmente en centros médicos, residencias de mayores, restaurantes y complejos residenciales.
Expertos en salud instan a los hongkoneses a que se queden en casa en lo posible, habida cuenta de que la fuente de contagios se desconoce en muchos casos.