El 15 de julio el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, anunció que Washington planea extender las sanciones impuestas en virtud de la Ley para Contrarrestar a los Adversarios a través de Sanciones (CAATSA, en inglés) al gasoducto Nord Stream 2 y al segundo ramal del Turk Stream.
Según Lang, la industria alemana critica "la aplicación de las sanciones extraterritoriales de EEUU que violan el derecho internacional".
Precisó también que la amenaza de sanciones "crea riesgos aumentados al principio de seguridad jurídica e inversiones para unas 120 entidades grandes y pequeñas de 12 países.
Advirtió que "la falta de claridad de la orden ejecutiva convierte a las sanciones de EEUU en especialmente impredecibles" y por ello "las entidades dependerán totalmente del desarrollo de los hechos políticos que no puede ser pronosticado".
El gasoducto Nord Stream 2, impulsado por una alianza de empresas de Rusia, Alemania, Austria, Francia y los Países Bajos, conectará a los dos primeros países por el fondo del mar Báltico. La infraestructura, concebida para diversificar las rutas del suministro del gas ruso a Europa y elevar la seguridad energética, constará de dos ramales para transportar hasta 55.000 millones de metros cúbicos de gas natural.
La construcción fue suspendida en diciembre de 2019 después de que Washington amenazara con sanciones a la empresa suiza Allseas que realizaba las obras.
Se oponen al nuevo gasoducto EEUU, que busca vender a Europa el gas natural licuado de sus yacimientos de esquisto, y algunos países europeos como Polonia, Letonia y Lituania.