Sofía vivió su octava jornada consecutiva de protestas contra la corrupción del Gobierno, movimiento que empezó a primeros de julio tras la detención de dos altos funcionarios de la Administración presidencial.
El pueblo búlgaro exige la dimisión del presidente búlgaro y del fiscal general, Iván Geshev. Por su parte, Borísov ha tomado la decisión de destituir a los ministros de Finanzas, de Interior y de Economía, pero eso no ha bastado para frenar las protestas.