"La oposición ha fracasado estrepitosamente en todas las vías que han ideado: la violencia, el golpe militar, la guarimba (protesta), etc. Y eso la ha llevado a una situación de postración que trata de justificar no participando electoralmente, el sector de oposición que representa el G4, cuyo vocero fundamental es Guaidó", contestó el rector respecto a las críticas de un sector de la oposición hacia el nuevo CNE.
El pasado 12 de junio, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) nombró a nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE).
A partir de ese momento se generaron numerosas críticas de un sector de la oposición, así como de gobiernos contrarios al presidente Nicolás Maduro, los cuales alegaban que el nombramiento de los rectores correspondía a la Asamblea Nacional (parlamento unicameral de mayoría opositora) y no al TSJ, en base a lo establecido en la Ley Orgánica de Procesos Electorales.
La decisión fue tomada luego de que el político opositor Felipe Mújica hiciera la solicitud ante la Sala Constitucional del TSJ a nombre de los dirigentes Javier Bertucci, Claudio Fermín, Timoteo Zambrano, Felipe Mujica, Luis Romero, Rafael Marín, Juan Alvarado y Segundo Meléndez, todos asistidos por el abogado Francisco Matheus.
Sin coherencia
Ante las críticas, Jiménez recuerda que no es la primera vez que se nombra a los rectores a través del TSJ.
"El mecanismo de selección ha sido un mecanismo que se ha utilizado muchas veces antes, no entiendo por qué esa reacción de algunos factores no se puso de manifiesto en el 2003 o en el 2014 con Luis Emilio Rondón (cuyo período finalizó en 2020), rector por exactamente el mismo procedimiento", añadió.
En los últimos 20 años, en Venezuela se nombraron ocho directivas del CNE, en algunos casos se designaron los cinco principales y sus suplentes y en otros solo los principales.
Solo en 2006 y 2009, la Asamblea Nacional logró llegar a un acuerdo para nombrar a los integrantes del CNE.
A juicio de Jiménez, antes la oposición no hacía énfasis en el método de elección de los rectores porque se sentía fortalecida, "ahora no hay ninguna razón para que esto sea considerado un delito de lesa democracia o como un atropello nunca antes visto en Venezuela, más que su fracaso, lo demás es incoherente", apuntó.
Pese a las críticas que puedan existir contra la oposición, Jiménez, quien desde el 2002 marcó distancia de la gestión del fallecido presidente Hugo Chávez (1954 -2013) para unirse a la fila de sus detractores, consideró que el mensaje que va a movilizar a la gente a votar el próximo 6 de diciembre en las parlamentarias para el período 2021-2026, es el cambio.
