"Esto no es una orden de confinamiento, pero sí que es una llamada a la responsabilidad individual de cada uno de nosotros para limitar los movimientos en aras a que podamos frenar los contagios", dijo en rueda de prensa la consejera de sanidad de Aragón, Sira Ripollés.
Según reporta el Heraldo de Aragón, la región contabiliza 272 nuevos casos en las últimas 24 horas, 175 de ellos en Zaragoza.
En concreto, plantearon una vuelta a las restricciones de la fase dos de la desescalada del confinamiento, lo que implica que el aforo en el comercio y las terrazas de bares y restaurantes se reducirá al 75%, mientras que pasará al 50% en el interior de los locales, donde se podrán agrupar no más de 10 personas.
Este 16 de julio esas restricciones se ampliaron a la ciudad de Barbastro (16.000 habitantes) y, además, se lanzó la recomendación de limitar movimientos en Zaragoza.
Francisco Javier Falo, director general de Salud Pública de Aragón, afirmó que la situación en Zaragoza es especialmente preocupante porque "prácticamente cada dos días se duplica el número de casos".
Además, afirmó que "esta es una tendencia que a corto plazo no va a cambiar" porque "las medidas adoptadas a principio de semana tardarán en hacer efecto".
"Esta situación nos pone en la parte ascendente de la curva. Estamos ya en una nueva onda epidémica a la que tenemos que responder", señaló.
Por ejemplo, la mayor parte de los contagios detectados es en personas asintomáticas y bastante jóvenes. De hecho, solo el 5% de los casos en la región se dan en personas mayores de 65 años.
Asimismo, la atención primaria mantiene todavía cierta capacidad de control de la transmisión, detectando el origen de los contagios en un 70% de los casos, lo que permite a las autoridades sanitarias guardar cierto optimismo todavía, aunque advierten que la colaboración ciudadana será vital para contener la transmisión.