"El momento es dramáticamente serio y exige acciones coordinadas. Ni gobiernos, ni trabajadores ni empleadores podemos cruzarnos de brazos. Y el colosal empeño al que debemos consagrarnos impone hallar soluciones que coloquen los derechos de los trabajadores como interés superior", expresó el mandatario cubano en su intervención.
Díaz-Canel consideró que hoy resultan más necesarias que nunca la cooperación y la solidaridad internacional, y rechazó todas las medidas coercitivas unilaterales que se imponen a naciones soberanas.
A su vez, reiteró la voluntad del Gobierno de Cuba, como país fundador de la OIT, de "continuar fortaleciendo el indispensable multilateralismo, la solidaridad y la cooperación internacional, con el compromiso de continuar garantizando la protección de los derechos de los trabajadores y avanzar en la construcción de un mundo más justo".
Explicó que en la isla, a consecuencia de la pandemia del COVID-19, fueron aplicadas 36 medidas de carácter laboral, salarial y de seguridad social, aumentó el trabajo a distancia y el teletrabajo, teniendo en cuenta las medidas de aislamiento impuestas.
Detalló además que se reubicaron trabajadores en otros puestos y se ampliaron las garantías salariales a los que se encontraban en sus casas al cuidado de hijos menores, de adultos mayores y a aquellos en condiciones de fragilidad de salud o que no fue posible reubicar.
🌎 El coronavirus obliga a reinventar la protesta social en América Latina
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) May 6, 2020
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También se exoneró del pago de impuestos a más de 240.000 obreros del sector no estatal, se mantuvo el pago de las pensiones, y los trabajadores sociales prestan atención especial a las familias que lo requieren, entre otras acciones expuestas por el mandatario de la isla.
"Nadie quedó desamparado. Existen condiciones para iniciar los procesos de recuperación y el camino hacia la nueva normalidad, sobre la base de la más amplia participación del pueblo en el proceso de toma de decisiones", enfatizó Díaz-Canel.
A su vez, denunció el recrudecimiento de la política de bloqueo económico, comercial y financiero que Estados Unidos impone a Cuba, los intentos de Washington por estrangular el comercio, el acceso a los combustibles y a las divisas internacionales.