Muy 'raro': sanciones de EEUU
Aparentemente, para países como EEUU, el conjunto de la Unión Europea [UE], o Estados como Reino Unido, Australia o Japón, no está bien que un país como China apruebe una ley que penaliza los actos de subversión, el terrorismo, la secesión, la conspiración con influencia extranjera y otras cuestiones que amenazan la seguridad de sus territorios.
Y es que sin ir más lejos, el Senado de EEUU aprobó por unanimidad una legislación para sancionar a los bancos y ciudadanos chinos precisamente por la nueva ley de seguridad de Hong Kong. Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, habla como aquel que tiene la autoridad del conquistador: "La ley constituye una obvia y grave violación de la Declaración Conjunta sino-británica [de 1984], dijo en la sesión de control en Westminster el líder de un país con una amplia trayectoria y experiencia en piratería".
También el primer ministro Scott Morrison de Australia manifestó que su país estudia ofrecer refugio a hongkoneses. En tanto, el portavoz del Gobierno japonés, Yoshihide Suga, afirmó que Tokio reaccionará a esta ley "debidamente, en cooperación estrecha con otras naciones".
Mientras, la UE también tuvo algo que decir: el Servicio Europeo de Acción Exterior lanzó un comunicado en el que llama a Pekín a evitar cualquier acción que comprometa la autonomía de Hong Kong. "La UE urge a China a evitar toda acción que socave la autonomía de Hong Kong en el campo legal, incluido en lo referente a materia de derechos humanos".
Pero la jefa de facto de la UE, Angela Merkel, demostró ser más pragmática y realista. En su primer discurso de la presidencia de Alemania del Concejo de la UE, enfatizó su intención de mantener un dialogo estratégico con China. Se abstuvo de hacer declaraciones que pudieran interpretarse como una interferencia en los asuntos internos de China, distanciándose así de sus colegas de EEUU, Reino Unido, Australia, Japón, y la propia diplomacia europea.
Martínez incide en el pasado de ocupación del Reino Unido en Hong Kong, "por cierto, nada democrática y que nunca causó preocupación en EEUU, ni en el resto de potencias occidentales que tanto se preocupan ahora por la democracia y los derechos humanos de Hong Kong. Cuando era colonia británica, a nadie importó su situación y su democracia", apunta.