Los diplomáticos han tomado un vuelo de repatriación después de que el Departamento de Estado aprobara la salida voluntaria del personal que no sea de emergencia, según han apuntado funcionarios estadounidenses familiarizados con el plan y citados por The Wall Street Journal. Se espera que más diplomáticos abandonen el país en las próximas semanas.
En junio, un chófer de la embajada murió de coronavirus, y más tarde a un familiar de uno de los diplomáticos se le negó la atención médica de emergencia en un hospital, y la embajada tuvo que intervenir. La situación llevó a la representación estadounidense a sacar a los empleados de la embajada del país.
Según la publicación, algunos diplomáticos estadounidenses también están preocupados de que las autoridades presuntamente ocultan la escala exacta del brote y pueden estar subestimando el número de casos de COVID-19 en el reino.
Además, el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes estadounidense recibió mensajes de preocupación por la forma en que las autoridades saudíes estaban manejando la pandemia, tras lo cual el Comité se puso en contacto con el Departamento de Estado, afirman las fuentes del periódico.
Según datos oficiales, el número de casos de COVID-19 en Arabia Saudí supera los 205.000, con más de 1.800 fallecidos. A pesar del aumento constante del número de infectados, el reino empezó a reducir gradualmente las restricciones a finales de mayo, permitiendo los vuelos nacionales y los movimientos entre las provincias.
